
ILUSTRACIÓN POR SUSANA RAMIREZ @SUSANARAMIREZVELEZ
El Instituto de Investigación Social y Antropológica de Sentimientos en la Feminidad Contemporánea (CFFSAII por sus siglas en inglés), descubrió hace poco una nueva parte del cerebro que podría explicar muchos de los comportamientos de las féminas.
El arrepentimiento, del francés «repentir» que a su vez deriva del latín tardío «poenitere» (ser penitente) es la contrición de acciones pasadas. Este cambio de mente es común en la especie humana, pero se observa un 2.097% en las hembras. Recientemente cirujanos craneales encontraron el área del cerebro especializada de estos remordimientos que nos atormentan, especialmente en las noches de lluvia donde el ex bizcocho pone una foto con su nueva cópula.
Se trata de una pequeña válvula ubicada en el córtex órbitofrontal entre el giro cingulado anterior y el hipocampo. Capaz de almacenar 2.6 litros de lágrimas, 2.5 terabytes de futuros imaginables y un dolor entre el pecho y la barriga, la Válvula Quisieratiempusdevolviren o comúnmente llamada “de Lolas repensadoras”, es una herencia evolutiva de los vacunos, esos seres capaces de rumiar una y otra vez el mismo trozo de grama. Las Lolas científicas nos declaramos entonces parecidas a las vacas cuando reiteramos una y otra vez en el mismo tema, dando vueltas a asuntos que ya no podremos cambiar.
Este organelo fue preanalizado por Eva, quien no dejaba de pensar cómo sería su vida si no se hubiese conformado con el primer hombre que conoció. Pero su existencia es apenas hoy confirmada, en un informe lleno de datos y estadísticas que no precisaremos (por razones personales, no porque no entendamos). Con una masa 2 veces mayor a la glándula de los celos, le toma tan solo un poco de resaca, una amiga en condiciones envidiables o una foto vieja para activarse y poner todo el cerebro en función de su mundo imaginario.
“Ahora entendemos qué pasa con esas Lolas que no viven en el modo condicional simple. ¿Qué hubiera pasado si…? es lo que más dicen nuestros pacientes. Llegan incluso, en casos graves, a cuestionarse qué serían si tuvieran otros padres, si no hubieran nacido” afirma Dr. Bizcochín, un experto consultado
El hasta ahora desconocido órgano juega un papel muy importante en otro estudio aún más insólito. Tras someter al polígrafo 9.782 casos, se llegó a una conclusión que aún nos cuesta creer: hacerse preguntas, no cambia nada. El dato podría ser de gran ayuda para que las mujeres entiendan el sinsentido del asunto. Así, el tratamiento más efectivo (con el respeto de nuestra comunidad científica) es dejar la bobada. Asumir que nuestro presente es el que es, en cada parte, por lo que se hizo.
Si los síntoma persisten, se invita a las Lolas a ver la película El vuelo de la mariposa y a leer la cuentística de Borges. No sabemos si le ayudará realmente a entender la relación causa-efecto o la multidimensionalidad del universo; pero al menos, se distraerá por un momento y dejará de recriminarse la llamada humillante que hizo con esos tequilitas de más.
Con ayuda de un sistema de resonancia magnética nuclear, y para evitar complicaciones en esta zona, se ha desarrollado una vacuna a base de Anus Bufo, o en palabras de nuestras madres: culito de rana. Queridas Lolas: si no sana hoy, sanará mañana. Dejen de darle vueltas al maldito asunto.
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