Ahora ten el coraje de decírselo a Natalia Ponce de León, quien fue víctima de un ataque de ácido en su cara, por un hombre que estaba obsesionado con ella, lo que la llevó a tener más de 24 intervenciones quirúrgicas.
Puedes ir y decírselo a Yuliana Samboní, una pequeña de siete años, víctima de un crimen completamente elaborado por parte de Rafael Uribe Noguera, un hombre que no tenía ningún tipo de relación con la pequeña, pero de igual forma hizo lo necesario para abusar de ella y posteriormente matarla.
¿Qué tal si se lo dices a Alison Yulieth? Una joven estudiante, abusada y asesinada en su propio apartamento por un vecino que se obsesionó con la joven, al punto de esperar que estuviera sola para cometer tal acto.
O díselo a Marcela Garzón, quien fue asesinada por su ex pareja, Marcela le dijo que no quería continuar la relación por anteriores actos de violencia contra ella, a él no le bastó, minimizó todo lo ocurrido y se enfureció al ver un mensaje en el celular de Marcela, con quien él creía era un supuesto amante. Tomó un cuchillo y la asesinó, justo antes de que la víctima saliera a visitar a su hija quien se encontraba en el hospital.
Deberías decírselo a Rosa Elvira Cely, quien fue violada, maltratada, dejada a su suerte en un parque de Bogotá por un compañero de colegio. Un acto terrible en el que los médicos aseguraban no haber visto algo tan desastroso. Su atacante le produjo heridas internas al incrustarle palos y hierbas del parque por sus partes íntimas. Todo esto para que años después la Secretaría de Bogotá dijera que fue toda su culpa porque, ella no debería haber salido con su compañero, de quien Rosa no tenía idea de sus antecedentes y debía estar en prisión, pero alegaron más en decir que fue su culpa. Tenía una hija, la cual recibió bullying por su asesinato.
Solo puse cinco casos de feminicidios en Colombia, cinco de los tantos que pasan cada año, aquellos cinco que tal vez hayas visto por televisión y te quedaste con la imagen de las víctimas todo el día, para el día siguiente seguir con tu vida ignorando que has sido una suertuda, porque no fuiste tú la que encabezó los títulos de los noticieros. Para el 2017 se registró que una mujer fue víctima de feminicidio cada dos días. Cada dos días en que fuimos silenciadas, fuimos asesinadas, fuimos objetos, cada dos días en que una familia quedaba destruida, cada dos días en que morían sueños e ilusiones.
Probablemente pocas de ellas sabían qué era feminismo o no lo veían como una lucha constante, pero lo cierto es que ha sido el movimiento el cual ha caminado por ellas, quien se le ha levantado ante la justicia exigiendo respuestas y condenas. El feminismo se presenta por aquellas que fueron forzadas a callar de maneras desastrosas. Por ti que estás en una situación de privilegio, en la que crees que estas mujeres están muy alejadas de tu realidad.
Por aquellas que viven situaciones donde hablar solo empeoraría todo. Se presenta por las que creen tenerlo todo y por las que se encuentran en miseria, porque los feminicidios no diferencian de estrato, ni de clase social: los feminicidios son una amenaza para todas. Decir que no es importante es arremeter contra las marchas, luchas, sacrificios, noches en vela de todas las familias de estas mujeres, es arremeter contra aquella mujer que le están pegando y que nadie la auxilia, es dejar que jóvenes adolescentes abusen de compañeras porque creen que portan ese derecho al salir con ellas.
Decir que no es importante es reducir una lucha en la que se busca que tú dejes de tener miedo cuando vas sola en la calle. Decir que no es importante es olvidar el nombre de estas mujeres y dejarlas en títulos de noticieros, creer que estos actos solo suceden una vez en la vida, que son culpa de ellas como siempre la sociedad lo castiga y creer que no es necesario exigir justicia por cada una de ellas.
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