Vas a ver lo fácil que resulta

Enamórate de una mujer que todos los días se levante sonriendo, que no conozca la palabra crisis, que no haga muchas preguntas. Fascínate de las rumbas que tiene planeadas cada ocho días, de las amigas buenonas que puedes presentarle a tus amigos, de las fotos juntos que sube a Instagram. Enamórate de la mujer más amable, de la que te acompañe en las alegrías, de la que tu familia adore.

Vuélvete loco por una mujer a la que le parezcas el hombre más perfecto del mundo, una que no quiera cambiarte nada, una que considere maravilloso todo lo que haces. Ama a la mujer que duerma contigo hasta mediodía, que adore las comedias románticas que todas las noches te relate las conversaciones de moda que tuvo con su mejor amiga.

Corre a los brazos de ella, que no pregunta, que no molesta, que cocina delicioso y se lleva bien con todo el mundo. Llévala a las fiestas y preséntala sin miedo a tu jefe: al fin y al cabo las mujeres como ella siempre están peinadas y bien puestecitas; no hacen escándalo, no se les riega la pestañina, no dicen lo que realmente piensan ni hablan de sus miedos (porque no tienen, su vida ya está resuelta).

Enamórate de una mujer que se haga la fácil. Esa que te pide que le bajes las estrellas y la luna, porque ella no alcanza. De la que crea que la vida sin ti no existe; una a la que siempre haya un tarro que abrirle, un cierre que subirle, un consejo que darle.

Enamórala, no es difícil: llénala de regalos y hazla sentir protegida. Agradece constantemente que ella disfrute las tardes en los centros comerciales, que describa 26 cosas distintas con el mismo adjetivo. Que te crea las mentiras.

Si encuentras una mujer así, no dudes siquiera. Enamórate. Enamórala. Cásate con ella, tengan hijos de nombres aburridos, compren una casa con jardín y deja que ella lo convierta en un hogar como los de las películas.

Es posible que a ratos te preguntes si necesitas a una mujer que te rete, que te pida más, que te levante los domingos a las 6 de la mañana para trotar. Quizás algunos días extrañes a esa otra que lanzaba preguntas filosóficas sin aviso, que te revolvía las tristezas, que te sacaba de la zona de comodidad. A veces pensarás en esa mujer compleja que decía NO y gritaba cuando estaba furiosa; esa que se enloquecía en el sexo. Pero amigo, bien sabemos que esa mujer resulta siendo insoportable y, por tanto, no se le puede elegir para la vida.

Te lo digo: enamórate de una mujer que se haga la fácil. Toma mi consejo y hazlo antes de que sea tarde. Escógela y no mires nunca atrás. Enamórate de ella, así no te llene el alma. El camino es largo y, a su lado, en medio de la monotonía y los eventos sociales, se te irá la existencia. Te puedo prometer – incluso asegurar – que tu vida enamorado de ella va a ser fácil, tanto como ella.

Enamórate de una mujer que se haga la fácil. Después de todo, es la única opción que te queda para olvidar a esa otra mujer que se hacía la difícil.

(Texto en respuesta a “No te enamores de una mujer que se hace la difícil”)

> Escrito por Lola Mojada