Una vez Frida Khalo dijo que el arte del dolor es hacer un talismán que cura. Cuando te conviertes en una mujer que se enfrenta a la adultez, es factible que el dolor de crecer se asome de a poco en tu vida, un dolor que no hacía parte de tus planes.
Muchas desde pequeñas sabemos lo que queremos ser y nos aferramos a una idea sin contemplar lo que sigue. Lo que menos imaginamos son las fases que debemos atravesar para llegar a la meta de cada sueño y se presentan situaciones que tratan de opacarnos, entonces debemos tomar decisiones para poder avanzar.
Las puertas que te cierran nublan el camino y, aparentemente, no hay espacio para ti. El hombre o mujer que te falla te hace creer que es grave entregar el corazón. Irte de casa se convierte en un concierto de alegría con melancolía. Los errores que te cuesta olvidar te hacen pensar que es imposible volver a empezar. La soledad que te deja la pérdida de un ser querido, borra tu felicidad. Ser consciente de la situación del mundo en materia política, económica y las banalidades que se convirtieron en formas de inclusión social, se transforman en desengaños.
Aunque no lo crean, esos momentos, de una forma particular, nos cachetean y nos dicen: «vamos mujer, eres extraordinaria y por esto no puedes estancarte». Son instantes que duelen, sí, y mucho, pero que nos invitan a crecer.
¡Crecer! Qué bonito se lee y se escucha, y más cuando damos un significado digno a esta palabra; cuando hacemos lo de Khalo y convertimos el dolor en cura, para el alma, para nuestra mente, para cada cm de nuestro cuerpo, y seguimos adelante. Si sabes qué te mueve, convierte ese sinsabor que a veces te da la vida en hilo para tejer y crea una pieza increíble que muestre cuán grande eres.
J.K Rowling no obtuvo un sí desde que enseñó por primera vez a Harry Potter, Sofía Vergara no se convirtió en una de las actrices mejor pagadas desde su primera audición, antes del maravilloso mundo de Disney su creador recibió varios ‘no’ y otras decepciones. Estos y muchos personajes más nos demuestran que si tienes un objetivo, podrán venir miles de tormentas pero la ilusión podrá permanecer intacta.
Te encontrarás personas que manifestarán lo loco que están tus pensamientos y que querrán ‘poner tus pies en la tierra’, pero tendrás que enfrentar a alguien que realmente tiene el poder: tú mismo. Debes decidir convertirlo en tu amigo o enemigo. Llora lo que te duela. Grita. Di lo que piensas. Elige lo que te dé la gana. Cambia de trabajos, de carreras, de proyectos cuantas veces creas que es necesario. Pero decídete a decirte sí y enfocarte en tus aspiraciones.
Los momentos difíciles, esos que nos hacen pensar que nuestros propósitos no tienen sentido; las personas tóxicas, esas que se empeñan en apagar lo que nos pone a vibrar; tu yo interno, ese que a veces te hace dudar de lo que eres, también son alfareros que te convierten en el ser humano fuerte y decidido que está dispuesto a encontrar lo que lo enciende, y que comprende que su magia no todos la entienden.De igual manera nuestra vida está conformada por gente que nos quiere ver bien, que se preocupa, que nos ama.
Escuchémosla, mirémosla atentos, analicemos sus palabras y aprendamos de sus experiencias; pero al final de cuentas, seamos nosotros quienes decidamos qué es lo mejor y qué debemos dejar atrás.Mientras encontramos lo que deseamos, avanzamos, a nuestro ritmo, a un tiempo distinto al del otro. Conocemos cada vez más nuestro mundo, crecen nuevos gustos, nuevas perspectivas, cambiamos de escenarios, cometemos nuevos errores, conocemos otros individuos. Todo hace parte de nuestra evolución, y nuestras acciones que están en pro de lo que sentimos nos llevarán más lejos.
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