Esa sensación de no parar de «cagarla»
Escrito por Lola Afrodita

ILUSTRACIÓN POR ALEJANDRA MAYA @DIBUJITOSDEFRESA
¡NOTICIA DE ÚLTIMA HORA!
¡Por fin! La espera ha terminado después de meses de ardua indagación, las Lolas Científicas se han pronunciado sobre el extraño pero repetitivo comportamiento femenino tipo CCC Mulier Malum, comúnmente conocido como “Cagarla, cagarla y cagarla” o “estar emputada”.
Aunque es de conocimiento popular que los altibajos hormonales durante el ciclo menstrual pueden convertir a una Lola princesa en Tigresa del Oriente y leona al acecho, las miradas punzantes tipo asesina en serie, la furia descontrolada e insultos a lo Vendedora de Rosas, tienen a más de un novio confundido, padres cansados y a amigos sin saber qué hacer. ¿Que nadie entiende a las mujeres? pues la comunidad científica ha logrado descifrar la conducta de las hembras.
El Instituto Mundial de Psicología Comportamental Femenina, en conjunto con investigadoras de la Universidad Loluda, han comprobado que las hembras no están compuestas ciento por ciento de azúcar, flores y muchos colores, como aseguró años atrás el doctor Utonio.
La investigación, realizada a una muestra del 20% de la población femenina, arrojó que la herencia genética poco tiene que ver con la conducta mujeril -dato que alivia a la raza humana, pues las mujeres, fuente de vida y elixir de erotismo, no vienen con un ADN atrofiado ni mucho menos-. Las acciones y los rasgos de personalidad están dados por los códigos genéticos tan solo en un 0,00001% gracias al gen del temperamento. De resto, las experiencias vividas, los modelos de enseñanza y el ambiente, entre otros factores, son los que determinan la forma de ser, haciendo que cada caso sea completamente distinto al anterior.
El resultado de la investigación demostró que hay lolas muy dulces, otras un tanto histriónicas, melancólicas, narcisistas, pasivas, calmadas, furiosas y muy furiosas. Por ello existe el sistema límbico, ubicado en lo profundo del encéfalo, encargado de las respuestas fisiológicas a ciertos estímulos.
El comportamiento dramático, acompañado de pataleta, pucheros y una declamación profunda sobre el deseo por la muerte del Otro al estilo dantesco, aparece por falta de sueño y machuque, factores intensificados si la hembra tiene un rasgo de personalidad bipolar agresivo. Lo anterior influye en un bajo flujo sanguíneo, lo que causa que los neurotransmisores se bloqueen, entren en choque eléctrico y afecte negativamente en el humor y la sensación de bienestar de este fascinante especimen.
En palabras coloquiales, las Lolas no son todo el tiempo como un peluche de felpa: a veces mañés, abrazables, tiernas, cursis y rellenas de amor, y menos que va a existir Lola alguna tan santa y bondadosa como la Virgen María. Lo que sí pasa -y les pasa a todas, ninguna se haga la Lola mártir- es que por naturaleza los mortales cuentan con la necesidad más humana de todas: cagarla. Actuar con rabia, por más horrible que sea, satisface a quien la expresa, es un placer innegable hasta para las más calmadas. ¿O quién no ha sonreído cuando el ex conspire es echado de la peor forma?
Parecerse a Lucifer, terminarle al novio porque dijo que llegaba a las nueve y llegó a las 10, mandar todo para el carajo, tirar la puerta y recitar unos cuantos madrazos luego de pelear con los papás, gritarle a la mejor amiga porque vive lejos y maldita sea que el transporte no llega hasta la loma que es su casa, y hasta desquitarse con el de servicio al cliente por los procesos lentos mientras le alza la ceja y le recita el poema “Cuán horrible y aburrida es su vida”, conforman, entre otros, los peores comportamientos mujeriles que las hembras también pueden disfrutar y de los cuales luego se arrepentirán. Si bien no hacen más hermosa a la mujer, la hacen más humana.
Las Lolas Científicas decretaron que la conducta descontrolada se debe al instinto natural de portarse mal. Pese a que ningún caso analizado en el muestreo se salvó de portar el componente maligno, las féminas demostraron la capacidad de reflexionar, pedir perdón y aprender de sus errores.
El Instituto Mundial de Psicología Comportamental Femenina avaló la siguiente recomendación: satisfacer a las hembras en la cama para que ellas no se satisfagan con la sensación de rabia inspirada en el entorno. Lo anterior contribuye a una equilibrada producción de estrógenos, de tal manera que sus neurotransmisores funcionen con normalidad y las Lolas se sientan bellas, sanas y deseadas.
Las investigadoras concluyeron, además, que gracias a que Eva salió de la costilla de Adán, el primer paciente en padecer el comportamiento CCC fue él, por tanto los datos de esta investigación también aplican a la población masculina
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