La virginidad no existe

Queridas lolas, ¿algún día se han preguntado sobre la virginidad? ¿Se han preguntado si eso es puro cuento de la sociedad o si es verdad?  Yo nunca me lo había preguntado, hasta que un día vi un video que hablaba de esto.

La virginidad es puro cuento, es un mito. Al principio no sabía si creer mucho sobre este tema pues, en toda mi vida, nunca nadie me había dicho que la virginidad era una mentira; ni mis amigas, ni mi ginecólogo, nadie. Pues, queridísimas, nos han mentido toda nuestra vida. Y entonces, ¿qué es la virginidad? es simplemente una construcción social para reprimirnos a las mujeres de conocer y empoderarnos de la libertad de nuestros cuerpos.

Este mito social ha sido construido alrededor del himen; el que supuestamente, comprueba si somos vírgenes o no.  El himen es una membrana que rodea la apertura vaginal. Es muy raro que la cubra completamente, o inclusive que la cubra lo suficiente para que la introducción de un tampón , una copa menstrual o la penetración vaginal sea dolorosa. Y el himen no se “rompe”. A lo largo de la vida de una persona, el himen se desgasta como consecuencia de la actividad cotidiana.

Además, el himen es una membrana que está parcialmente abierta pues si no fuera así, ninguna mujer virgen podría menstruar.  Es absurdo pensar que la única manera en la que el himen se rompe es siendo penetrado por un pene. Este discurso que ha sido utilizado por la mayoría de personas, inclusive por muchas de nosotras, ha ayudado a reprimir a la mujer, a criticarnos a unas a otras porque “perdió la virginidad muy chiquita”, esta construcción social ha ayudado a que el machismo siga vivo.

Pero y entonces, ¿por qué la virginidad es un tema tan importante en nuestra sociedad?  La virginidad a lo largo de la historia a demostrado la “pureza” de la mujer. Se espera que la mujer llegue virgen al matrimonio, pues esto no solo demuestra la pureza de esta, también muestra el honor de la familia. Al llegar la esperadísima noche de bodas, el hombre comprobaba que la mujer era virgen si sangraba al tener relaciones sexuales, si esto no era así, la mujer era humillada por su familia y su esposo, pues dejaba mal el apellido de la familia.

Es bastante interesante cómo la mujer se volvía una pertenencia del hombre al tener relaciones sexuales con el. ¿Acaso quién les dijo a los hombres que, por el simple hecho de tener relaciones sexuales con ellos, se vuelven nuestros dueños? Se toman el atrevimiento de comentar sobre nuestra vida sexual, sobre nuestro cuerpo y hasta hacer preguntas como: “¿oye y tú con cuántos manes has estado?” A los machotes que preguntan esto para saber si uno es una “puta” o es una “santa”, queridos, ahora todas somos unas santas falsas y putas de mentiras.

Escribiendo este artículo he recordado las mil veces que conversé con mis amigas del colegio de a qué edad la quería “perder” y con quién. Este discurso que hace parte de la vida diaria de una niña demuestra la ideología que gobierna a este mundo. Una ideología patriarcal, donde las mujeres somos un objeto sexual y nada más. Nos ha creado un imaginario donde nos da pena nuestro cuerpo, donde juzgamos nuestro cuerpo, además de criticar las decisiones de otras mujeres.  Ser o no ser virgen no es una competencia. Ser virgen no te hace mejor persona, mejor novia y mucho menos te hace ser toda una señorita.

Querida lola, ayudemos para que las niñas de hoy no tengan miedo de tener relaciones sexuales por primera vez: hay que enseñarles a estar seguras de sí mismas, a saber cuidarse y que se hagan respetar por su pareja, sin importar el género.

No nos juzguemos porque la perdió muy temprano o porque ya es muy vieja y sigue siendo virgen. Cada una es dueña de su cuerpo y decide sobre él.

Lastimosamente nosotras ayudamos a que las dinámicas sociales machistas se reproduzcan porque tenemos imaginarios que nunca hemos cuestionado. No hay que creer lo primero que nos dicen, informémonos, leámos para así poder dejar atrás imaginarios que lo único que hacen en reprimirnos más en la sociedad.