La copa menstrual: el mejor invento para la mujer

Escrito por Lola Pecosa

LUSTRACIÓN POR MARIANA SANÍN @MARIANA_SANIN

Estamos en pleno sigo XXI y a las mujeres, como a los hombres, nos sigue pareciendo un tema tabú hablar de la regla, marea roja, andrés el que viene cada mes, la peli roja, entre toda la variedad de nombres que se le ha dado por el miedo a decir: menstruación, periodo menstrual. Sí, las mujeres tenemos ciclos hormonales, y así como se nos pone la piel perfecta, nos dan ataques de mal humor y nos llenamos de granitos, también sangramos por la vagina. Aprendan a decir vagina y menstruación sin miedo. Todas tenemos una y pasamos por eso, así que relájense y háblenlo.

Pero la buena nueva es que las Lolas no tenemos pelos en la lengua para decir las cosas como son, así que venimos a contarles que encontramos la forma de vivir la menstruación (y hasta disfrutarla como un proceso íntimo especial con nuestro cuerpo) sin tener que padecerla y que se nos convierta en un dolor de cabeza cada mes que llega. Y esto es gracias a la copa menstrual: uno de los mejores inventos del siglo para la mujer.

Cuando los trapitos de tela lavables pasaron de moda, a nuestras abuelitas casi les da un infarto conocer las toallas sanitarias y los tampones. Ahora se nos dificulta creer que hay una opción económica, práctica y ecológica para reemplazar nuestro kit íntimo que desde siempre hemos usado. Hasta hace muy poco nos dimos a la tarea de probar la tan nombrada copa menstrual, un recipiente de silicóna médica o plástico TPE que, al ponerse dentro de la vagina, recoge todo el flujo menstrual. Esta no supera los $90.000 colombianos ($30 USD), es reutilizable y dura aproximadamente 10 años (con los cuidados adecuados).

Siendo un invento bastante particular (porque a quién se le ocurre inventar una copa de plástico que se meta en la vagina) ha llegado para salvarnos a muchas, y no solo a nosotras, sino también al planeta. Una mujer promedio menstrúa aproximadamente 2400 días en toda su vida, lo que es igual a 50 kg de desechos no biodegradables. Si lo multiplicamos por la cantidad de mujeres en etapa fértil en nuestro país (que son aproximadamente 11,2 millones de mujeres) es una cantidad grandísima de basura que generamos y que afecta directamente el estado medio ambiental te nuestro planeta.

Para que tengan una mínima idea, en 10 años una mujer puede gastar entre 5 a 7 millones de pesos colombianos ($3.500 USD) en toallas y tampones. ¿A dónde se va el dinero que te gustaría tener para emprender, viajar o comprar lo que quieres? Sí, en tampones y toallas. La copa menstrual, además, nos ahorra el desgaste mensual de comprar el paquete íntimo necesario para no embalarnos el día cero cuando nos saluda la manchita roja sin tener a nuestros soldados de guerra con nosotros o, a veces, tener que pedirle a nuestra mejor amiga si de suerte tiene algo en el bolso que nos pueda servir.

Al comienzo estábamos escépticas con el tema pero les contamos que ha sido una de las mejores compras que hemos hecho. La hemos usado por los 4 o 5 días de menstruación (que varía en el ciclo de cada Lola). Ninguna de nosotras ha tenido accidentes o derrames mientras la usamos, ya que está diseñada para ajustarse perfectamente a los músculos vaginales de cada mujer. La copa que tenemos es de silicona médica –recomendadísima- un material muy suave e hipo alergénico (es decir, no alberga microorganismos), que además no cambia el PH o las condiciones de nuestra zona íntima, lo que evita los malos olores. Podemos pasar 12 horas sin retirarla, es fácil de esterilizar con agua caliente y no gastamos un peso extra.

Cuando pasamos mucho tiempo por fuera de casa y debemos cambiarnos en lugares públicos, ha sido mucho más fácil de lo que nos imaginamos. La retiramos y vaciamos en el inodoro, la limpiamos con papel higiénico, vamos al lavamanos y la lavamos muy bien. Volvemos al baño a ponerla y listo, quedamos como nuevas.

La copa íntima tiene algo más a favor y es que nos ha permitido aprender a conocer nuestro cuerpo. Al usarla se convierte en otra extensión: aprendemos cuál es la mejor forma de ponerla según nuestro cuerpo, sabemos así qué tanto menstruamos y en qué momento debemos cambiarnos. Además de que el proceso de limpiarla y cuidarla para que sea sana para nuestra vagina nos hace sentir más seguras porque el proceso menstrual no se lo dejamos a las toallas y tampones sino que es una herramienta que nos permite a nosotras mismas procurarnos el mejor cuidado: que sea limpio y seguro.

Sin más que añadir Lolitas, las invitamos a tener la experiencia de la copa menstrual y si gustan, coméntenos porque nos encanta leerlas. ¿Ya tuvieron la experiencia? ¿Qué tal les fue?

Aquí les dejamos la marca que usamos —que recomendamos a ojo cerrado— por si le quieren dar la oportunidad: Isha copas íntimas.