Mi lista traviesa de deseos para el 2017

Escrito por Valeria Giraldo

ILUSTRADO POR CRISTINA FONTÁN @CRISTIFONTAN

Este, lastimosamente, es un mundo gobernado por los bizcochos –que no sería nada sin nosotras , eso es cierto– pero hoy, como una Lola indignada, quiero hacer valer mi derecho de poder cometer mis deslices, cumplir mi deseo travieso de querer con este bizcochito, antojarme de otro, tener a uno más en remojo y contárselo a mis amigas mientras nos tomamos un trago.

Poderme descarar sin que me tilden de descarada, ser una de esas que dicen palabrotas y salir en mini falda sin ser la atrevida provocadora culpable de mil miradas y deseos pecaminosos. Que hayan más bombones respetuosos que me griten en la calle qué tan linda es mi sonrisa y no qué tan grandes son mis Lolas, poder decir sí o no a todo lo que yo quiera, hablar de lo que me gusta que me hagan como lo comentan los bizcochos entre ellos, ser una de esas borrachinas, parranderas, bohemias y galanas que el portero y las vecinas entraditas en años miran mal, llegar en carros diferentes a mi casa sin que piensen lo peor, aunque así sea, ¡qué más da! ¿Y por qué no? Enamorarme de 4 y hasta 5 babys, porque si Maluma puede, yo también.

Mi mayor deseo travieso, para este año que empezó, es que todas las Lolitas salgan del sistema, bajen el interruptor de tener que ser “tomadas en serio” por los bizcochos y dejemos de portarnos en frente de ellos apagadas y calladitas, cómo si fuéramos «niñas bien» que no rompen un plato pero tienen los dedos cortados de recoger la vajilla. Renunciar a tener que sentarnos con las piernas perfectamente cerradas y comer medio bocadito por segundo mientras nos estamos muriendo del hambre… ¡quiero que hagan lo que quieran y cuándo quieran con sus divinos cuerpos!

Nunca somos demasiado apresuradas ni mucho menos pasadas de lentas. Deseo que todas ustedes tengan un feliz, libre y salvaje 2017, que se pongan los pantalones bien puestos, elijan ser lo que quieren y no que sean lo que los demás esperan. Que se lleven ese anhelado bizcocho a sus casas y que el pelo les cuadre los 365 días, que sepan siempre qué ponerse, que no tengan que hacer dieta y que estrenen mucha ropa interior.