¿Qué podemos aprender de Time’s up y #MeToo?

VALENTINA MEJÍA

Ilustrado por: Vainilla Collage

En la recién temporada de premios que empezó en enero del presente año, hubo ciertos movimientos que gobernaron y centralizaron los mismos, estos fueron Time’s Up y #MeToo, seguramente han leído sobre ellos y han escuchado mentarlos muy seguido, pero al fin y al cabo, ¿de qué tratan?

Time’s Up es un movimiento que inició en la industria Hollywoodense, donde distintas actrices de televisión, cine y teatro, hicieron denuncias sobre el acoso y el abuso sexual en el lugar de trabajo.

Este movimiento lo están expandiendo, no sólo para que sea en la industria misma, sino en todos los lugares, ya sean oficinas, laboratorios y demás espacios donde las mujeres se sientan en un entorno inseguro y quieran denunciar esa situación en particular. Estas mujeres contarían con un apoyo legal que ofrece el movimiento de Time’s Up por medio de donaciones que reciben.

Por otro lado, está #MeToo, un hashtag que se viralizó en las redes sociales en 2017, especialmente Twitter, donde lo usaban mujeres que habían sido víctimas de acoso sexual en cualquier ámbito de sus vidas, ya sea laboral, en el hogar, de su pareja, etc. Se hizo popular después de que las actrices empezaran a denunciar el acoso sexual que sufrían por parte del productor Hollywoodense, Harvey Weinstein.

Ambos generaron una controversia importante, el primero en los Golden Globes y el segundo desde finales del año pasado en las redes sociales y en los medios de comunicación.

A partir de este panorama, se realizó una segunda marcha de las mujeres en Estados Unidos, ya que, aparte de no estar de acuerdo con el mandato de Donald Trump y sus propuestas en contra del cambio climático, las minorías que habitan el país y los derechos reproductivos de la mujer, entre otras cosas, alzaron la voz en contra de todos los acosos y abusos que tuvieron lugar y fueron públicamente rechazados, dando otra razón a la lista para salir a marchar con motivación.

Las mujeres necesitamos este tipo de inspiración. Alrededor del mundo, todas vivimos una lucha incansable por hacer de nuestro entorno más justo y llevadero, con más oportunidades y menos violencia y discriminación, pues a nadie le gusta vivir con miedo.

Estos movimientos nos sirven de ejemplo para que en Latinoamérica protestemos, salgamos a la calle y no temamos denunciar, demostrarle a otras mujeres que está bien hablar y que son escuchadas y apoyadas. Siendo la región donde más feminicidios se perpetúan cada año, deberíamos alzar la voz con más fuerza para ayudar a tener mayor empatía, combatir la indiferencia que nos rige desde siempre. La situación es catastrófica porque estamos acostumbrados, notoriamente, a grandes dosis de violencia a diario.

Por eso necesitamos activismo, denuncias, rebeldía, revolución y amor, mucho amor, amor por el otro, por lo que nos rodea y por los seres vivos con los que cohabitamos.

Estos movimientos, principalmente Time’s Up, dan un atisbo de esperanza, donde podemos demostrar que se puede mejorar la situación actual que atenta contra la mujer; que las personas que abusan de su poder no siempre se van a salir con la suya y menos ahora, donde rompemos unidas el silencio.

Tanto las marchas como Time’s Up y Me Too, nos permiten ver que estamos para apoyarnos, para entendernos y decirnos: “no estás sola, estoy ahí para escucharte y apoyarte”. Es hora de revolucionar con amor y no con violencia. El panorama va a tener un mejor tinte solo si alzamos nuestra voz al unísono para luchar por lo que es nuestro. Así, como las mujeres estadounidenses lo han hecho.