¿Quieres la fórmula para lograrlo todo? No la tengo pero sé por dónde empezar
¿Les ha pasado que han intentado mil veces incluir en su rutina el agua tibia con limón, hacer ejercicio en las mañanas, meditar cuando recién se despiertan, masajearse la cara con un rodillo de jade… y no lo logran? A mí pocas cosas me frustraban más que querer hacer o dejar de hacer algo y ver cómo me duraba si mucho una semana, porque se me olvidaba, porque me daba pereza o cualquier razón más.
El problema no era que pasara o no lo que estaba intentado. Sino que el resultado influía en mi autoconfianza, en qué tan comprometida me sentía con algo -incluso conmigo misma-.
Tenía un gran impacto en sentir que era capaz o no de lograr lo que me proponía, y eso a su vez afectaba el hecho de querer o estar dispuesta a enfrentar nuevos retos, explorar otros proyectos e incluso poner en marcha mis sueños.
Los hábitos son todo un tema. Hay muchos libros, estudios, métodos… unos hasta prometen hacerte tan efectivo como los “grandes líderes”. Yo, sinceramente, siempre he pensado que todos somos tan diferentes, por nuestros contextos, ocupaciones, emociones, prioridades, etc., que se me hace muy poco probable que haya una fórmula para “triunfar” y volvernos maquinitas de éxitos y logros.
A pesar de mis intentos fallidos, hay hábitos que he logrado adoptar, como usar bloqueador todos los días, hacer ejercicio cuatro días a la semana o escribir,y hay otros que ya incluso tomo por sentado, como lavarme los dientes. ¿Cuál es la diferencia? ¿Qué hace que unos sí los logre adoptar y otros no? ¿Por qué lo que para mí es difícil para otros puede ser fácil?
Seguro hay muchas explicaciones, pero amé que la autora Gretchen Rubin dice explícitamente en su libro “Mejor que nunca” o (Better than before, en inglés), que todo se resume en: autoconocimiento. Cómo amo cuando los estudios y la investigación ratifican la importancia de la introspección *suspiro de satisfacción*.
Gracias a este libro empecé a darle sentido al por qué podría estar pasando que ciertas acciones se me facilitan y otras no. Gretchen descubrió en su investigación que se puede clasificar a las personas en cuatro perfiles, según su personalidad, para entender cómo se aproximan a los hábitos y acciones en la vida.
Ella lo llama Las Cuatro Tendencias y explica que responden a una pregunta: “¿cómo respondo a las expectativas?”, propias y de otros. Yo creo que esto representa solo una pequeña parte de ese autoconocimiento que nos ayuda a adoptar herramientas y comportamientos que nos enriquecen en nuestra particularidad.
Seguro hay que hacer mucho más trabajo interno adicional. Pero quiero compartirles de qué se tratan Las Cuatro Tendencias para que puedan analizar si se identifican con alguna y la exploren más a profundidad.
Favorecedor (Upholder):
Cumple las expectativas externas. Cumple las expectativas internas. Es decir, que cuando hace un compromiso, consigo mismo o con alguien más, es muy probable que lo cumpla, por el hecho de se está contando con que cumpla su responsabilidad.
Un ejemplo de una favorecedora sería esa amiga que tiene la agenda full, pero de alguna forma logra todo lo que tiene que hacer. Sería a la que le pides que te acompañe a comprar un regalo y te responde “Sí, de una, ¿puedes en la tarde? Voy a entrenar en la mañana.” Y lo hace. La que logra sí o sí llegar, así sea tarde, porque le surgieron unos temas en la casa pero “siempre firme”.
Complaciente (Obliger):
Cumple las expectativas externas. Se resiste a las expectativas internas. Cuando se trata de un acto que alguien más pidió o espera, seguro que lo cumplirá. Pero si es algo que él mismo quiere, probablemente lo dejará para después.
La complaciente sería la típica amiga a la que ya le has dicho “bebé, tienes que empezar a sacar tiempo para ti” y ella dice que sí, con toda la convicción, pero cuando la llamas a preguntarle cómo le fue en el taller que quería hacer, te dice, “¡Ay al final no fui! Mi mamá necesitaba que la ayudara a organizar unas cosas del cumpleaños de mi papá”. Les satisface estar disponibles para los demás y ayudar como puedan, así implique dejarse para después.
Cuestionador (Questioner):
Se resiste a las expectativas externas. Cumple las expectativas internas. Necesita darle un sentido a aquello que se le está pidiendo para que quiera realmente cumplirlo, pero si para sí mismo tiene un propósito, asume la responsabilidad de hacerlo.
La cuestionadora es la que te hace dudar a ti misma de lo que estás haciendo, “¿y tú sí quieres?”, “uf, no podría, no me aguanto esos eventos”, “no entiendo por qué tienen que decirle sí a todo a sus jefes, su contrato dice que es de 8 a 6”. Es esta persona que tiene ciertos conflictos con la autoridad, porque ella se ha metido en el rol de “dueña y señora de mi vida”, hasta pasarse un poquito. (Esta soy yo, by the way).
Rebelde (Rebel):
Se resiste a las expectativas externas. Se resiste a las expectativas internas. Si hay que hacerlo, no lo hace. Lo que le pidan o siente que debería hacer… pueden esperar sentados, porque probablemente no pase.
A estas las admiro. No podría vivir sin horarios ni responsabilidades. Esta es la que en el colegio peleaba por todo con los profesores, ¿saben? “No entiendo por qué hay que dejar tareas, si para eso pasamos ocho horas aquí” y al tiempo “este man es demasiado mal profesor, no exige nada, no me siento retada a ser mejor”. Como que en el momento en que se exterioriza un “deber”, desaparecen o se oponen con toda.
Gretchen explica que conocer nuestra Tendencia nos ayuda a crear las situaciones y a hacer uso más acertados de nuestros recursos para alcanzar nuestros objetivos. “Podemos tomar mejores decisiones, cumplir deadlines, cumplir las promesas que nos hacemos, sufrir menos estrés, y comprometernos más profundamente con otros”. ¿Ya ven por qué amo el autoconocimiento?
Eventualmente también podemos conocer a los demás a través de Las Cuatro Tendencias, pero por ahora, empecemos por nosotras mismas. Empecemos a hacer más consciente nuestra forma de ser, lo que nos fluye, lo que nos mueve, lo que tiene sentido para nosotras. Así, conectando con nuestra particularidad, seguro será más sencillo reconocer las estrategias que nos acercan con mayor “facilidad, gozo y gloria” a eso que queremos.
Excelente reflexión, tema siempre actual pero no siempre destacado ni propuesto, como nunca es tarde, me cae bien…
El poder que existe de adentro hacia afuera para transformarlo todo!