,

Ser independiente me convirtió en una mujer «inalcanzable»

Escrito por Maria Camila Urrego

Tuve una ruptura amorosa donde hubo mucho dolor pero también mucho crecimiento, lo que me volvió independiente y me hizo tener mucho amor por mí, mucho amor propio, lo que a los ojos de muchos hombres me volvió una mujer «inalcanzable». Digo muchos, no todos, porque guardo la esperanza de encontrar un hombre que no me considere su competencia ni mucho menos que sienta que le quedo grande.

Soy una mujer considerada independiente, vivo sola, soy profesional y esto me permite sostenerme a mí misma dentro de lo que puedo.

No soy la primera que hace esto, pero cuando lo hice, recibí muchos comentarios tipo: «te acostumbrarás a tu soledad». Y yo creo que ya lo venía haciendo. A raíz de esa ruptura aprendí a no depender o necesitar a un hombre. He aprendido a darme palmaditas sola cuando las cosas con el mundo no están bien. Me he levantado cuando todo se ha derrumbado y he desarrollado una especie de táctica para saber cómo me gusta un hombre y de ahí poder decidir qué podemos construir o disfrutar (cabe aclarar que esta táctica tiene un 80% de efectividad, y donde el otro 20%, termina siendo puro vino, lágrimas y amigas).

Esto, a conocimiento de los hombres con los que me he metido, se ha considerado como un esfuerzo extra, el hecho de trabajar por conquistarme y por querer hacer parte de mi vida. Pero, al darse cuenta que no hay un vínculo de necesidad hacia ellos por parte mía esto se convierte en una triatlón no apta para cualquier deportista recreativo. Y digo esto, porque he comprendido que en nuestra sociedad existen unos roles muy marcados de cómo deben ser las parejas, y por ende, es lo que buscamos. Siendo el hombre el proveedor y la mujer la protegida y cuidada. ¡¡Y tarááánn!!

Hay mujeres que no necesitamos que nos cuiden. Pero para muchos no basta con que simplemente queramos estar con ellos. No es suficiente con que sea una decisión. Porque los atemoriza, porque en ellos está la amenaza presente de no agradar, de que las cosas no funcionen y se acaben. Claro, pero si ellos saben que los necesitamos, por las razones que sean, no les dará temor a que las cosas no funcionen y por ende, no importa si eso funciona o no, ellos piensan: ella va a estar conmigo porque me necesita para…

Siendo así, culturalmente estamos construyendo una sociedad que refuerza este tipo de comportamientos machistas o que simplemente no permite otros que rayan con lo revolucionario o «anormal». Porque al paso que voy, creo que en algún momento me sentiré tan sola que daré el brazo a torcer para construir una relación duradera y establerme dentro de lo funcional, culturalmente hablando. Y también lo menciono, porque cuando escribía esto me decía a mí misma que no había que exigirle tanto a alguien para estar con uno, pero, ¿por qué no? ¿Nos debemos de conformar con lo que los hombres quieran y decidan brindarnos porque o si no, me sentiré tan sola que efectivamente necesite tener una pareja? ¿Y si eso raya con el autovalor que he creado? Tantos indicios de la cultura machista que tenemos impregnados. ¿Cuáles son tus pensamientos mientras me lees? ¿Serán también indicios?

El caso es que sí, al final de cuentas, siempre necesitaremos cariñito, sentirnos queridas y valoradas, no merecemos menos y no hay por qué correr detrás de alguien y a costa de quién sabe qué por sentir este valor que te lo puedes dar tú pero que se siente realmente bien cuando una persona que amas y te ama, te lo expresa. Y eso también está bien, darling, pero un valor real, no de a poquitos.